jueves, 16 de junio de 2016

RECICLANDO

Hay que reciclar, ya se sabe. Ahora separamos el vidrio; los envases; el papel también; la basura orgánica que se transforma en "compost"... llevamos el aceite usado al camión de recogida, y por supuesto, no tiramos a la basura ni las pilas usadas, ni los aparatos electrónicos obsoletos, ni las medicinas que ya no necesitamos.

¡Casi tenemos que contratar a un secretario que nos lleve el control de todo!

Y en esas estamos. Ahora nos hemos dedicado a recoger pantalones vaqueros viejos, rotos, gastados, etc., y no hay como dar un par de voces entre amigos y conocidos, y te llenan la casa de pantalones viejos.

Entonces empezamos con el trabajo. Primero hay que soltar todas las costuras (que es lo que más trabajo da) para conseguir trozos enteros de tela. Y como los pantalones tienen diferentes tonos de azul, claros y oscuros, desde el negro hasta el casi blanco... se va consiguiendo mucha variedad de "materia prima".

Luego se cortan trozos, cuadrados, rectangulares, e incluso alguno triangular, y se van juntando. Primero dos, luego otros dos... unos claros y otros oscuros; con esos tenemos cuatro... más otros cuatro... etc. y al final, casi sin darte cuenta, tenemos una colcha ideal.

Y reciclada.

miércoles, 15 de junio de 2016

NUEVO PROYECTO... DICHO Y HECHO.

Entre los muchos proyectos pendientes, había uno que me estaba rondando continuamente... ¡mejorar la estética de este lavabo!

Vamos, el lavabo en sí no es feo. Es chiquitito pero suficiente. Pero ese batiburrillo de desagüe, latiguillos, llave de corte, etc... queda feo feo feo.

Este baño estaba ya cuando compramos la casa, y sólo cambiamos el anterior lavabo, que era grande y estorbaba mucho. Y así se ha pasado nada menos que cuatro años.

Pero sí, al fin le ha tocado el turno.

Acudimos (¿a dónde, si no?) a IKEA, y compramos la cómoda Rast, que barata lo es un rato (no llega a 25 euros, y es de pino de verdad, ¡no de aglomerado!) y de las cosas más adaptables y tuneables que te puedas imaginar.
















Una vez montada y colocados los cajones en su sitio, así queda presentada bajo el lavabo. Ya sólo con eso, el baño parece otra cosa :-)
Como por debajo del lavabo están todos los artilugios que arriba se ven, el trabajo ha consistido en:
  • recortar la tapa del mueble para poder meterlo hasta el fondo 
  • acortar los dos cajones superiores para que al cerrar no peguen en el desagüe
  • hacer una muesca en el fondo del cajón central para poder acceder a la llave de corte general del agua




Luego poner unas tablas por debajo para poder sujetar las patas (el mueble no tiene "suelo" propio) y atornillarle unas de esas que, girando, suben o bajan para nivelar. Al ajustar la altura de las patas, se consigue que el mueble quede a presión contra el lavabo, y si algún día hay que quitarlo por cualquier problema, no hay más que aflojar las patas... et voilà, el mueble sale sin dificultad... y sin tener que mover ni un tornillo.
Lo siguiente creo que será cambiar las luces sobre el espejo; no porque no me gusten, sino porque no ganamos para bombillas, que son de las incandescentes ¡y se funden con la mirada! (y lo que consumen...)

En definitiva, la cosa ha quedado así, y me gusta el resultado... jajaja ¡con qué poco me conformo!

   

martes, 14 de junio de 2016

EL PUEBLO QUE TIENE DE TODO (pero de todo, de todo)

Ya puse en alguna ocasión que este es un pueblo de 900 habitantes; bueno, ahora después del censo de 2015, no llega a 850 (creo que son 847), y eso que en algún momento llegó a tener más de 2.000... ¡vamos a menos!

El gimnasio de los aitonas
Pero para su tamaño está muy bien surtido: tiene prácticamente de todo. Si miramos a los servicios públicos: escuela, guardería, biblioteca, piscina, frontón, campo de fútbol, parques para los niños,
una plaza con aparatos de gimnasia para los mayores (el gimnasio de los aitonas le llaman mis nietos)... y ¡hasta cuartel de la Guardia Civil!

El consultorio médico. A la derecha, una de las farmacias.

También hay cosas muy importantes: un consultorio médico y dos farmacias (que nunca se sabe cuando te va a dar un p'allá y necesitas al doctor y al farmacéutico; en realidad aquí lo que hay son dos farmacéuticas). Tenemos una residencia de ancianos, el club del jubilado, un hotel rural y dos o tres casas rurales.

Panadería "La Miga"
En cuanto a comercios, aparte de los tres bares que ya he mencionado en otras ocasiones, hay panadería, dos tiendas tipo pequeño supermercado que tienen un poco de todo; estanco, dos peluquerías y una tienda de congelados (no creo que se me olvida ninguna).
Hay talleres mecánicos (de coches y de vehículos de labranza), varias empresas de gremios (albañilería, carpintería, herrería, electricidad, fontanería, pintura)...
Y dos oficinas bancarias (con cajero automático para sacar "dinerito").




Y aún más: los jueves, mercadillo. Cada dos semanas pasan con el butano. Una vez cada dos meses, viene l camión del reciclaje para recoger lo que corresponde. También hay una fábrica de conservas, "D.Marco", que son buenísimas.

Y, por último (que esto siempre es lo que viene al final), un velatorio: Velatorio Miranda.
El velatorio.

Así que aquí se vive muy tranquilamente, y también te puedes morir tranquilo. Y sin problema...