martes, 4 de noviembre de 2014

¡PIMIENTOS!

Aquí no hay más que darse una vuelta por el pueblo para que alguien te regale cosas tan deliciosas como estas. Mira que los piquillos son buenísimos. Pero cuando son recién cogidos en la huerta... la cosa es excelsa. 
Cogemos los pimientos y tenemos que asarlos. Alguna vez ya puse cómo se asan muy bien en la plancha del butano. Pero esta vez me daba mucha pereza empezar a sacar todos los artilugios. 
Vamos a aplicar el "Plan B" de asar pimientos.

Se ponen en una cazuela de esas anti-adherentes con un (muy) poquito de aceite y un poco de agua. Y se les da caña con fuego fuerte.



A cada ratito (cada 3 o 4 minutos) se les va dando vueltas, y en unos 20 o 25 minutos ya tienen la piel torradita y que se desprende muy fácil.
Ahora viene lo más pesado: pelarlos, pero si están bien tostados no cuesta tanto.



Y, por fin, ya no queda más que la degustación. Se pueden hacer con unos ajitos. Pero así mismo, con un chorrito de aceite crudo y un poco de sal gorda, tienen un sabor indescriptible.