miércoles, 1 de julio de 2015

FIN DE FIESTA

Siempre que se hacen obras, parece que no se van a terminar nunca. Un día... otro día... un fin de semana... llega el lunes... pasa el tiempo y parece que siempre han estado ahí y -lo que es peor- que van a perdurar eternamente.

Pues no es así. Lo puedo certificar. Llega un momento en que los albañiles recogen todas sus cosas... ¡et voilà! La obra acabada y la casa vacia.

La obra acabada significa que está TODO sucio y lleno de polvo (hasta el más recóndito rincón: no se libra nada). Ahora toca limpieza y zafarrancho. Y tampoco viene mal hacer una limpieza a fondo, aunque sea una vez al año, así que aprovechamos.

Y todo este rollo para decir que sí. Se han ido mis gremios y ya han terminado.