miércoles, 21 de mayo de 2014

TOLDO SÍ... TOLDO NO...

Aquí el sol pega fuerte en verano. Y tenemos un patio chiquito y encerrado entre cuatro paredes. Así que cuando llega el momento de "la caló", no hay quien pare allí dentro (o fuera, según se mire). Eso sí, es buenísimo para la colada: en un par de horas, todo seco.

Para disfrutar de nuestro "txiki-patio", la mejor época es a partir de abril (cuando no sale lluvioso) y hasta mediados de junio (cuando no viene caluroso). En esos meses se puede comer fuera, que a los que somos de ciudad siempre nos parece lo más de lo más y nos hace mucha ilusión.

A partir de ahí... durante el día, ni asomar. En cambio por la noche da gusto cenar en el patio, y alargar la tertulia con una temperatura ideal. Bueno... y los desayunos también resultan deliciosos.

Pues bien, parece que lo interesante sería poner un bonito toldo. De esos que tienen una manivela y se recogen enrollados. Y aquí estoy... ¿poner, o no poner? he aquí el dilema. Qué será mejor, ¿color claro u oscuro? Como todo se traduce en precio, lo de ponerlo con motor ya casi que ni me lo planteo.

Resumiendo: vamos a empezar nuestro tercer verano en el patio, y aún esperando a un toldo comme il faut, que dicen los franceses..


Pero como algo había que poner, el primer año compré el toldo triangular de Ikea: bueno, bonito, barato, que va haciendo su papel (la "tanga" le llaman mis hijas). Y la idea era que si se ponía muy feo, se podía cambiar cada dos o tres temporadas, ya que valía poco dinero. Pero... ya no lo venden: ¿por qué en IKEA cuando hay una cosa buena la descatalogan?...

Así que como cada año se va deformando un poco más, y también se rompe porque el sol y la lluvia lo van deteriorando, creo que este será el último verano que aguante. Tendré que plantearme en serio la sustitución por alguna otra cosa.