Para disfrutar de nuestro "txiki-patio", la mejor época es a partir de abril (cuando no sale lluvioso) y hasta mediados de junio (cuando no viene caluroso). En esos meses se puede comer fuera, que a los que somos de ciudad siempre nos parece lo más de lo más y nos hace mucha ilusión.
A partir de ahí... durante el día, ni asomar. En cambio por la noche da gusto cenar en el patio, y alargar la tertulia con una temperatura ideal. Bueno... y los desayunos también resultan deliciosos.
Pues bien, parece que lo interesante sería poner un bonito toldo. De esos que tienen una manivela y se recogen enrollados. Y aquí estoy... ¿poner, o no poner? he aquí el dilema. Qué será mejor, ¿color claro u oscuro? Como todo se traduce en precio, lo de ponerlo con motor ya casi que ni me lo planteo.
Resumiendo: vamos a empezar nuestro tercer verano en el patio, y aún esperando a un toldo comme il faut, que dicen los franceses..
Pero como algo había que poner, el primer año compré el toldo triangular de Ikea: bueno, bonito, barato, que va haciendo su papel (la "tanga" le llaman mis hijas). Y la idea era que si se ponía muy feo, se podía cambiar cada dos o tres temporadas, ya que valía poco dinero. Pero... ya no lo venden: ¿por qué en IKEA cuando hay una cosa buena la descatalogan?...