La tierra produce desaforadamente. O al menos esa es la sensación que da.
Y muchas veces los propietarios no dan abasto para consumir todo el producto de su tierra. Y no hay como que un amigo tenga excedentes para que te proporcionen estas cosas:
Los tomates, muy sabrosos. Las vainas deliciosas. Los pimientos verdes espectaculares. Los pepinos sabrosos... ¡todo un festín!
Así que, lo que digo: tenemos un amigo... ¡tenemos un tesoro!
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