lunes, 2 de junio de 2014

UN PROYECTO TERMINADO YA NO ES UN PROYECTO

¿Y qué será de mí cuando ya no quede nada por hacer en mi "proyecto de casapueblo"? ¿Y cuando todo esté terminado, rematado y completado? Pues que no puede ser, que un proyecto es un proyecto mientras está en movimiento. Cuando se termina ya pasa a ser una realidad y se acaba la "diversión".

Así que después de terminar con la puerta de entrada que cambiamos a primeros de este año, volví mi mirada hacia la cocina y las humedades que salían por las paredes. Hasta ahora, todo era buscar motivos: casa antigua, que no se habita de continuo, tras una época de gran humedad... o sea ¡a aguantar las humedades!

Pero esto ya empezaba a ser peor de lo normalmente soportable, así que: consulta a mi arquitecta favorita, y ¡¡ya estamos en marcha con un nuevo proyecto!!

 Después de tanto leer y mirar al respecto, casi he llegado a entender el problema. El agua sube por capilaridad desde el suelo a las paredes que están revocadas con mortero de cemento y a su vez, pintadas con pintura plástica. Resultado: la humedad que sube por la pared se encuentra con un "forro" impermeable que no permite que se seque nunca. Así que en cuanto hay un pequeño poro o fisura, empieza a salir por ahí la humedad. Esto así a grandes rasgos.

Mi arquitecta me explica que todo es por no seguir el método tradicional: mortero de cal y pinturas al silicato. Así que a picar todo el raseo anterior. Incluso ha habido que tirar el tabique tambor que se ve aquíporque estaba mal hecho: los ladrillos tocaban a la piedra húmeda de detrás, con lo que la cámara aislante no servía de nada.














La otra pared se ha picado, y se le ha dado el revoco de cal como es debido, y la de detrás del frente de cocina se ha trasdosado con Pladur.




Así que esperamos que ¡POR FIN! hayamos conseguido solucionar este problemilla, y que ya no tengamos que aguantar la humedad y manchas en las paredes. Y daremos por buena la semana que hemos estado sin cocina, con toda la planta baja que parecía zona de guerra y recluidos en el piso de arriba, escapando del ruido, del polvo, de la incomodidad... y que a pesar de tener la sala precintada, el polvo se mete por todas partes. Ahora queda la segunda parte: LIMPIAR... y volver a poner todo en su sitio. Ya pondré el resultado final cuando termine con todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario