lunes, 1 de octubre de 2012

LOS RECHAZADOS

Entre todas las cosas que han ido llegando para formar parte de mi casa de Miranda, había algunas que tenían su sitio predeterminado. Bien por aquello de no tirarlas, porque te da pena desprenderte, o porque están en muy buen estado y hay que aprovecharlas. El sofá de cuero, la mesa de mármol, el baúl azul... O sea, que no sólo iban a estar aquí, sí o sí, sino que iban a estar en un lugar ya estipulado.
Luego como en casi todo, el tiempo pone a cada cual en su lugar, y hay cosas que han ido dando vueltas por toda la casa para terminar en la basura. Y otras que tenían un destino, han tenido que renunciar a él.

Este es el caso de estas sillas, procedentes de la herencia familiar. Iban a ir a la cocina/comedor, en la que pensé que quedarían estupendas y muy decorativas. Y no quedaban mal-mal, pero no encajaban bien. Resultaban demasiado "elegantes" para el entorno. Así que me las traje para casa y aquí las tengo tan contentas y llevé allí unas más modernas y funcionales y -cosa muy importante, con tanto niño- ... fáciles de limpiar.

Pero bueno, también a los impresionistas les rechazaron en el Salón de París, y mira hasta dónde llegaron...

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