Ahora tienen que empezar la obra, y yo siguiéndola desde la distancia. No se si voy a soportarlo, porque al no estar allí todos los días, pues la cosa se desmadra. Y mira que a mi me gusta controlar una obra más que a Manny Manitas. Y en esta ocasión, para cuando me doy cuenta de algo, ya está hecho y ya no tiene remedio. Pues nada, paciencia y aguante.
El patio tenía este muro inútil que ocupaba mucho, aparte de que era un nido de suciedad y escombro, y que seguía con unos tejadillos de uralita indecentes.
Fuera el muro lateral... quitad los tejadillos...
¡Que se haga el espacio!
No sólo parece el patio más grande sino que se ve más luz, más aire, más todo...
Una curiosidad: esas ventanas que se ven sobre el tejadillo no son nuestras. Son de la casa de al lado, y en la otra parte del patio hay otras dos. Y es que en tiempos antiguos no existían esas normas de vistas sobre terrenos ajenos y demás. Total a mi tampoco me importa demasiado; no tenemos nada que esconder. Y cuando esté todo terminado y pintadito quedará mejor.
Hoy voy a ver la casa, a ver cómo ha quedado todo terminado. ¡Qué emoción! Mañana hago el informe y pondré más fotos...
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