Llega el lunes y se reanuda la tarea. Hay que seguir poniendo la grava. Previamente se conecta el desague con la arqueta de la esquina, como se puede ver ahí en la foto (arriba). Y aunque eso de traer la grava parece que no es tan grave (grava/grave, jaja qué chiste más malo!) pues es peor.
Porque el acarreo con la carretilla por todo el pasillo y el dejarla caer en el suelo, levanta una cantidad de polvo terrible, que se mete por todas partes. Y ahora no se puede hacer con la puerta cerrada, porque están continuamente pasando.
Van poniendo capas de grava; primero gruesa, y encima cada vez más fina.
Van poniendo capas de grava; primero gruesa, y encima cada vez más fina.
Y mañana, más.
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