Como la obra se fue demorando, y queríamos ir en abril/mayo a pasar el fin de semana con toda la familia, nos instalaron la cocina que había en la casa en el patio. Así teníamos unos mínimos: cocina, horno y fregadero. Todo de mucha precariedad, como se puede ver, que parecíamos los homeless de los parques.Aparte, resultó que los días en que estuvimos hizo un tiempo malísimo; pero malo de verdad: frío, lluvia, etc. y salir por la noche al patio, a cocinar cualquier cosa, y luego a fregar los platos... ¡era mortal! Helena adquirió un complejo de cenicienta que aún no se le ha quitado del todo.
:-)
Las bombonas de butano son muy importantes, para que funcione el paellero. Ya lo hemos probado y da unos resultados magníficos.
La paella sale buenísima. Y las sardinas, como en el puerto donostiarra.


Cenicienta, la pobre cenicienta
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